La Fórmula 1 anunció hace pocas horas que aceptaba la incorporación del 11° equipo para su grilla de cara a la temporada 2026. La automotriz de los Estados Unidos General Motors se sumará como nuevo participante en la categoría, lo que fue un cambio significativo frente al rechazo previo hacia el proyecto original que había impulsado el ex piloto Michael Andretti asociado con la marca Cadillac.
Según estableció el sitio especializado Motorsport, la postura inicial de la F1, expresada en enero, rechazaba la propuesta alegando que no aportaba suficiente valor competitivo al campeonato. “La forma más significativa en que un nuevo participante puede aportar valor es siendo competitivo. No creemos que el solicitante lo sea”, señaló el comunicado de la Formula One Management (FOM) a principios de año, cuando destacaron que un proyecto centrado en la participación directa de GM podría haber tenido otra valoración.
Hay que recordar que el proyecto inicial proponía un equipo liderado por Michael Andretti, con un coche diseñado por Andretti Global y motores de Renault como proveedor inicial, lo cual no convenció a los directivos de la F1. Sin embargo, el panorama cambió luego de la decisión de Andretti de dar un paso al costado y ceder el control operativo a Dan Towriss, de TWG Global, socio del gigante automotriz de Michigan.
Allí fue cuando el rol de Towriss fue trascendental para generar el acuerdo con la Fórmula 1. ¿Las razones? El inversor, que es el CEO y líder de Group 1001, una empresa de servicios financieros basada en la tecnología, fue el que replanteó la estrategia y apuntó a centrar el proyecto directamente en GM, sacándole el protagonismo a Andretti en las operaciones. La nueva propuesta contempla un coche con identidad de General Motors, que se convertiría en un equipo oficial con motor propio a partir de 2028. Inicialmente, la escudería podría utilizar motores de otros fabricantes, como Ferrari o Honda, en calidad de cliente.
Según analizó Motorsport, este enfoque pragmático fue clave para ganar el respaldo de la F1, alineándose con lo expresado en enero: “Veríamos de manera diferente una solicitud para la entrada de un equipo en el campeonato de 2028 con una unidad de potencia GM, ya sea como un equipo oficial de GM o como un equipo cliente de GM diseñando todos los componentes permitidos en casa”, expresó la Fórmula 1 a principios de año, marcando el camino que deseaban para sumar a la escudería número 11 a la grilla.
Tras la confirmación, el presidente de General Motors Mark Reuss destacó la importancia de esta nueva etapa para la compañía: “La F1 exige innovación y excelencia al límite. Es un honor para GM y Cadillac unirse a la serie de carreras más importante del mundo”. Reuss añadió que este proyecto permitirá a GM demostrar su experiencia en ingeniería y liderazgo tecnológico. En el mismo sentido, Towriss señaló que este proyecto encarna la “innovación americana” y agradeció el respaldo de la FIA y la FOM a la solicitud.
Después de la aceptación de Formula One Management, la gran pregunta es qué sucederá con la familia Andretti, un apellido icónico para el automovilismo de los EEUU. Aunque Mike queda fuera del liderazgo operativo, el legado familiar no se desvanece por completo. Mario, campeón mundial de F1 en 1978, formará parte del consejo de administración del flamante equipo. “A estas alturas de mi vida, todavía estar involucrado en la Fórmula 1 es un sueño hecho realidad”, comentó el ex piloto de 84 años.
A pesar de quedar relegado, el impulsor del proyecto expresó su apoyo a través de la red social X (antes Twitter): “Estoy muy orgulloso del duro trabajo realizado por este sólido grupo de personas. Felicito a todos los involucrados en este trascendental paso”, escribió Michael Andretti.
El ingreso de General Motors como un participante más comprometido y con una estrategia a largo plazo parece haber marcado la diferencia para la F1. El respaldo financiero y técnico prometido por GM, junto con su objetivo de convertirse en fabricante oficial de motores, representan un cambio de narrativa que se alinea con los intereses de la categoría y fue la clave para que la Máxima acepte sumar una escudería nueva y otros dos pilotos al paddock de cara al cambio de reglamento en 2026.
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